jueves, 26 de abril de 2012

En el aire se respiraban cenizas


Una lágrima
sofocando un suspiro.

El único sonido durante
la noche eran los sollozos.

La única textura
era de una boca humedecida.

Y tú, tan ausente,
 vestida de dura lejanía.

Estabas más allá
de lo que alumbra la luna.

Más allá del agua y del aceite;
y en el aire se respiraban cenizas…

Volar al pasado
donde el aroma era de flores.

Y el calor de noches como ésta
avivaba la humedad del cielo.

Que dulce sería
regresar a los prados de amapola.

El ángel de esta suerte
se partió desde mi corazón,
que con el tiempo va iluminando poco.