Hoy como tantas
noches, camino
sin que nadie
note mis presencia,
como un fantasma
sin aroma,
hundiéndome
en mi soledad,
y con los ojos
humedecidos
de pensamientos.
¿Cuántas noches
han de ser así?
Sin encontrarme,
sin hallar una salida,
caminando un laberinto
que se llena
de espejismos
que me confunden,
que me ahogan.
Es de madrugada
y me dedico
a inventar palabras,
me dedico a pensar
con la mente vacía,
en un abismo
que me devora,
y al cual, no
pongo resistencia.
Hoy es como otros días:
andando desnuda
por la noche oscura,
viendo la vida pasar,
y yo, sin poder moverme,
sin avanzar a ningún lado.
Ya no recuerdo
los rostros
que llenaron mi pasado,
y ahora que intento
recordarte, tu rostro
se erige lejano
y sin expresión.
Sería inútil preguntar:
¿Por qué yo?
Sería inútil
seguir llorando.
Aún así lloro
y me lo pregunto,
y desearía no ver
de nuevo el amanecer.
ni la luz del día,
ni sentir frio o calor
en las noches de lluvia.
Quiero desaparecer
escuchando esa canción
de cuna, que a veces,
oigo entre sueños,
y sintiendo el calor
de un beso en mi frente.
Quiero desvanecerme
sin dejar rastro
de mi existencia,
que las personas
que me aman, me
ofrenden al olvido.
Quisiera creer también
en dios, o en el diablo,
o creer que el tiempo
pasara rápido,
y que pronto
venceré este
sentimiento.
Hoy perdí la batalla,
y no se que me espera
en el siguiente
encuentro,
pero se que no tengo
fuerzas y que
estoy cansada.
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