sábado, 22 de octubre de 2011

Iba sobre las olas

Y así pasaba el tiempo:
sabio y tímido,
iba descalzo sobre las olas.

Navegando el cielo
con los dedos,
seduciendo el horizonte.

Amando a la muerte.
Disfrutando con la vida.

Y su alma era bella
y graciosa...

Abarcaba la eternidad
con un suspiro.

Por eso iba él
sobre las olas.

Se hacia brisa y calor;
se hacia, a veces,
como se hacen las oraciones.

Y bailaba y cantaba
sumergiendo su voz
en el mar, susurrando.

Y se hacia espuma,
y se hacia viento,
y su amor se respiraba
como perfume de flores.

Su alma, electrizante,
siempre sonreía a las estrellas.

Amaba y jugaba
y jugando se iba.

El tiempo se iba
y regresaba.

Sabio,
andaba sobre las olas,
se reflejaba en el cielo:
todo lo abarcaba.

Era todo
y era nada.

Era eterno
como su alma.

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