domingo, 16 de octubre de 2011

Instantes fugaces

Cuéntame una historia
que me sangre de emoción.

Para usar mi sombrero de copa
y recibir tu abrigo con una sonrisa.

Aun si no contaras nada,
y no use bizarros atuendos,
la sonrisa estaría presente.

La sonrisa del tiempo
de lluvia golpeando mi cara.

El tiempo de lluvia
deseando tu cuerpo.

Yo con la lluvia cayendo,
sufriendo,
queriendo hacerte el amor.

Mira como me incendio.
Mira, los demás duermen.

Y mi alrededor se incendia,
y todo le da vueltas,
tiñiendose de luto y de rojo,
y muere
y le sirve a un sonido.

La sonrisa estaría presente:
asesina del silencio.

Silencio donde nunca
hay silencio,
ni ecos ni vida,
solo instantes fugaces
del tiempo.

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