Llora corazón,
hasta que
llueva de nuevo,
hasta que
el mundo
se quede en
calma.
No hay nada
que pueda
derrumbarse,
mi visión
solo se extiende
al silencio.
Mírame
aquí,
ahora,
estoy
mojada hasta la sangre,
muy dentro
de mis huesos
y mi piel
se evapora.
Si pudieras
ver lo que yo veo,
los
arboles,
el río y
las montañas,
el tenue
azul del cielo
que se
confunde
con el mar
en donde
ya es muy
lejos,
entonces
arderías como yo ardo,
y el
momento
en que te
recostaras
sobre la
yerba,
sería la
resurrección de tu vida.
Llora
corazón,
que tus
penas saldrán
por mi
ojos,
hasta que
duelan,
hasta que
no quede
nada
dentro,
esta vez
cada gota
sabe a
libertad,
y cada
suspiro anuncia
la
destrucción de un yugo.
Incluso
ahora,
que cada
nube
lleva tu
nombre,
eres un
delirio
que me
detiene.
Si supieras
lo que estoy sintiendo,
te encontrarías
en el medio
de un
terremoto voraz,
que sin
tocarte,
te llevaría
al cielo
y después hasta
el fondo.
Llora corazón,
llora hasta
las entrañas,
hasta que
sea la sangre
la que
duela y se hinche,
y sácalo
todo de nosotros,
entonces me
encontraras
y andaremos
de la mano.