Todo y nada es mi corazón y mi alma.
Me llamo caos; soy una mota de caos atada por la gravedad a esta tierra, pero en medio del universo floto, navego, viajo hasta llegar a tu puerto, a la orilla de tus aguas, al rango infinito de tus ojos.
Podría regalarle tu nombre al eco, a la armonía, a las dulces ninfas para que lo canten, y podría lanzarlo como un suspiro, como una tierna vibración del aire.
Yo podría rendirme a tus pies y besarlos, enjugarlos con lágrimas de felicidad y de agonía, y adorarte siempre de rodillas.
Encendería incienso, mis velas siempre estarían encendidas y mis brazos abiertos y anhelantes...
... de ti,
de tu cuerpo,
de tu voz,
de tus ojos,
de tu esencia,
de toda tu aurora perfumada.
Tu no lo sabes, pero sufro y quema, el espacio entre tu y yo siempre esta encendido para mi, y lleno de espinas que se entierran en mis manos, en mis pies, en mi garganta y no se van, y no hay consuelo, tu no estas.
El tiempo es contigo, el antes y el después, mi vida medida en meses, en años, en lágrimas que llegan solo al sol, en noches vacías de tu cuerpo, solitarias de tu amor.